Marmite, la conocida crema británica para untar, no es un producto que sea valorado con unanimidad por quienes lo han probado, ya que por su excéntrico sabor hay quienes aman Marmite con toda su alma y, en el bando opuesto, están quienes odian a muerte este producto.
Sabedor de la fuerte polarización que provoca entre los consumidores, Marmite ha desarrollado un estilo de publicidad que gira casi siempre en torno a su capacidad de tener al mismo tiempo entregadísimos fans y enemigos acérrimos simultáneamente.
Pero hoy, con un enfoque algo diferente, Marmite recurre a la hipnosis con el último objetivo de convertir a los “haters” de su producto, muy numerosos en tierras británicas, en enfervorecidos fans.
La filial de Unilever ha contratado los servicios del hipnotizador y escritor Rory Z Fulcher para filmar un vídeo que mediante el control mental trata de persuadir a quienes detestan Marmite de que el sabor del producto es en realidad un manjar en el extremo de la exquisitez
Todos aquellos interesados en transformarse en fans de Marmite incluso odiando con todas sus fuerzas este producto pueden presentar su solicitud online para visionar en condiciones estrictamente controladas el vídeo de Rory Z Fulcher en un evento especial cuyos resultados se harán públicos a finales de este año.
Una suerte de “aperitivo” del vídeo auténtico está ya listo para su visionado, si bien en él se han eliminado las partes relativas a la hipnoterapia.
La campaña, que lleva la rúbrica de la agencia Adam&Eve/DDB, incluso asimismo un spot televisivo que elucubra sobre las eventuales reacciones de quienes abominando Marmite desde el principio de los tiempos comienzan de repente a amar este producto.
En la campaña han estado involucradas, más allá de Adam&Eve/DDB, la productora Moxie Pictures y la agencia de relaciones públicas W Communications.
Marmite advierte que solamente aquellos que quieran ser “convertidos” pueden realmente tomar parte en el experimento, puesto que hay que desear ser hipnotizado para que los resultados sean exitosos.
Sin embargo, una pregunta queda pendiente: si Marmite efectivamente la conversión de sus “haters” en fans, ¿qué sucederá de ahora en adelante con la publicidad de la compañía?