En el ecosistema digital actual, la atención del usuario se ha convertido en el recurso más valioso, y para capturarla, no solo importa la calidad del mensaje, sino su formato y distribución. Un reciente análisis de las tendencias del sector da cuenta de una clara migración del consumo de texto hacia los formatos visuales y auditivos, con el video y el podcast a la cabeza.
Este cambio de paradigma es tan significativo que incluso las empresas del sector B2B están incursionando en plataformas visuales como Instagram para mostrar cómo sus herramientas son utilizadas, generando así un flujo de ingresos que antes no era posible. La razón de esta adaptación es sencilla, pero contundente: “Nadie lee realmente ya. La gente mira videos”.
De la lectura al streaming: el rey del engagement
Si bien los blogs y artículos de texto fueron durante mucho tiempo la piedra angular del marketing de contenidos, la realidad actual muestra una preferencia innegable por las experiencias inmersivas que ofrecen el video y el audio. Plataformas como YouTube y TikTok no solo captan una gran porción del tiempo de pantalla de los usuarios, sino que también estimulan una mayor interacción y, lo que es esencial para toda estrategia de marketing, una mayor capacidad de ser compartidos.
La economía del intercambio lo deja claro: un video tiene más probabilidades de ser compartido en redes sociales que un artículo de texto. Esto no significa que los formatos escritos deban desaparecer por completo, pero sí que las empresas deben ajustar su estrategia para dar prioridad a los contenidos visuales y auditivos.
Los especialistas señalan que el éxito en este nuevo escenario radica en la diversificación de formatos. Los videos, en particular, se han posicionado como la herramienta principal para crear una conexión con la audiencia, ya sea a través de tutoriales que demuestran las bondades de un producto, o con testimonios que hablan de él y generan confianza. Por otro lado, el auge de los podcasts responde a la necesidad de permitir que las audiencias consuman contenido mientras realizan otras actividades, un formato ideal para abordar temas complejos o para entrevistas extensas.
Además, con estos formatos es fácil la eficiente reutilización de contenido. Por ejemplo, al grabar un episodio de un podcast, ese mismo material puede transformarse fácilmente en un formato de video, optimizando el esfuerzo de producción y permitiendo alcanzar a diferentes segmentos de la audiencia. De igual forma, los datos e ideas de un video pueden ser adaptados a infografías o imágenes, dos formatos visuales que siguen siendo muy efectivos para captar la atención en plataformas como Instagram o Pinterest.
Las herramientas del nuevo marketer
Para asegurar que todo este contenido sea relevante y responda a las necesidades de la audiencia, la investigación de palabras clave y tendencias es más fundamental que nunca. Sin embargo, las herramientas tradicionales como Google y ChatGPT ya no son las únicas fuentes, y por ello es muy recomendable el uso de otras plataformas especializadas para una investigación más profunda y estratégica.
Entre las herramientas sugeridas se encuentran Ubersuggest, una excelente opción para el análisis de competencia y la obtención de sugerencias de contenido, y AnswerThePublic, una plataforma ideal para descubrir preguntas y frases que los usuarios están buscando en relación con un tema. Estas herramientas permiten a los creadores de contenido entender la intención de búsqueda y desarrollar material que resuelva dudas reales de la audiencia.
Es necesario anotar también que las propias redes sociales, como Instagram, se han convertido en valiosas herramientas de investigación, ya que son un reflejo de las conversaciones, intereses y tendencias que las personas están consumiendo en tiempo real.
Con tan variadas alternativas, el éxito en el marketing de contenidos actual depende de la adaptabilidad. Priorizar los formatos visuales y auditivos, especialmente el video y los podcasts, es esencial. Sin embargo, este enfoque debe respaldarse con una investigación exhaustiva para asegurar que el contenido sea relevante y genere visibilidad, además de un impacto duradero.