Cada año, cuando se dan a conocer las tarifas publicitarias del Super Bowl, la industria se remueve en una mezcla de espanto e indignación. Para el Gran Juego de 2026, NBCUniversal está pidiendo, según reportes, 8 millones de dólares por un anuncio de 30 segundos, una cifra que inevitablemente despierta el escepticismo de muchos: “¿Solo son 30 segundos? ¿Quién en su sano juicio pagaría esa cantidad?”. Sin embargo, un análisis más profundo revela que las marcas que verdaderamente capitalizan este evento no están pagando por 30 segundos al aire, sino por el lanzamiento de una plataforma de marca que se extiende durante semanas, e incluso meses. El verdadero valor no reside en el tiempo de emisión, sino en el éxito que se genera antes y después del partido.
Desde esta perspectiva, el Super Bowl debe ser considerado como “la línea de salida, no la meta”. El costo del anuncio en televisión no debe verse como un gasto aislado, sino como una inversión inicial para una campaña que se despliega a través de múltiples plataformas, formatos y audiencias. Esta estrategia de extensión y amplificación es lo que permite que el mensaje perdure mucho después del pitido final.
El revuelo mediático en torno al evento comienza semanas antes, con sendos reportajes sobre las marcas participantes y las celebridades que estarán presentes en sus campañas. Esta cobertura se prolonga durante la semana posterior al Super Bowl, con opiniones, análisis y clasificaciones de los anuncios más destacados. Este entorno es un campo fértil para que las marcas se beneficien de un incremento muy importante en las búsquedas online y las menciones en redes sociales. Al repecto, un estudio académico reveló que las marcas que se anuncian durante el Super Bowl experimentan un aumento promedio del 22% en menciones de boca en boca la semana siguiente, con un incremento sostenido del 16% durante el mes posterior al partido.
Con estos datos, el mensaje para los profesionales del marketing es claro: si se busca captar la atención de forma orgánica, el Super Bowl es el momento ideal, pero solo si se planifica una estrategia integral. Esto implica generar expectación antes del partido con adelantos, colaboraciones con creadores e influencers, y mantenerse en la cresta de la ola después del juego con activaciones digitales, contenido breve y otros formatos publicitarios que refuercen la narrativa de la marca.
Convertir el momento en impulso con estrategias de amplificación
Para las marcas que buscan maximizar su impacto, el Super Bowl se convierte en un catalizador para una serie de acciones creativas. Una estrategia muy efectiva en la fase previa a la gran fecha es poner en circulación avances diseñados específicamente para plataformas como TikTok y Reels. Algunas marcas se inclinan por un anuncio humorístico y exagerado, mientras que otras recurren a “filtraciones planificadas” sobre sus anuncios, que si son lo suficientemente atrayentes, logran generar un gran interés online. Asimismo, las presentaciones a puerta cerrada para clientes clave y súper fans pueden ser muy efectivas para generar conversación, como se vio, por ejemplo, en la actividad previa al lanzamiento del teléfono Pixel 10 de Google.
El lanzamiento de productos relacionados con la campaña es otra excelente manera de convertir un anuncio de 30 segundos en un evento cultural. Así sucedió recientemente con Pepperidge Farm, que lanzó una alfombra de auto con camuflaje de migajas de Goldfish como parte de un evento temporal de lavado de autos. Según el comunicado, el producto “se agotó en menos de un minuto” y fue una forma brillante de involucrar a los fans de la marca, incluso a quienes no pudieron asistir a la experiencia física. Estos ejemplos son una muestra de cómo la creatividad no se limita al spot televisivo, sino que se extiende a productos y activaciones que refuerzan la narrativa de la marca y crean un vínculo emocional con la audiencia.
La estrategia pospartido: Dominar la conversación y el SEO
El Super Bowl ofrece una oportunidad única para captar la atención de más de 100 millones de personas de manera simultánea. Es, además, una de las raras ocasiones en que las marcas no interrumpen el espectáculo, sino que “son el espectáculo”. Para aprovechar este pico de atención, es imprescindible que las marcas estén preparadas para dominar la conversación en redes sociales. Por ello es muy importante que los equipos de marketing estén listos con “respuestas, memes, reacciones y planes de contingencia” para responder en tiempo real.
Las búsquedas online también se dispararán, y las marcas rivales buscarán aprovechar esta subida. Por ello, la estrategia debe enfocarse en captar esa curiosidad con anuncios de pago y contenido optimizado para SEO que dirija a los usuarios a la marca. Una táctica avanzada es diseñar el anuncio de manera que genere búsquedas que solo la propia marca pueda predecir y capitalizar. Adicionalmente, es en la actualidad es ya obligatorio considerar la optimización para motores de búsqueda, ya que cada vez más personas recurren a la IA para obtener información sobre productos, marcas o la historia de las campañas.
¿Vale la pena la inversión?
La respuesta depende de la mentalidad con la que se aborde el evento. Si la marca considera que está comprando solo un anuncio de televisión, entonces está “gastando de más”. Pero si concibe esta inversión como una oportunidad para consolidar una plataforma cultural y una campaña de meses con un alto potencial de medios ganados y una influencia mediática masiva, entonces se convierte en una “jugada inteligente”.
Para resumir, se puede afirmar que los profesionales del marketing no compran 30 segundos: compran permiso para actuar como una marca que importa. Las marcas que realmente ganan el Super Bowl no son las que tienen la mejor publicidad, sino “las que se basan en ella”. Porque el desafío no consiste en tener el anuncio más creativo, sino generar un impacto de 80 millones de dólares en la pasarela que sigue. En definitiva, el Super Bowl no es solo una inversión publicitaria, sino un momento cultural. Y las marcas inteligentes saben cómo convertir ese momento en un impulso sostenido.