El covid-19 pierde protagonismo en la ‘nueva normalidad’

Duran­te el encie­rro de 80 días, las redes socia­les se con­vir­tie­ron en el úni­co lugar don­de poder deba­tir con los demás. Ipsos, a tra­vés de su solu­ción SIA (Social Inte­lli­gen­ce Analy­tics) ha rea­li­za­do un aná­li­sis sobre en qué pun­to se encuen­tra la con­ver­sa­ción en Espa­ña tan­to en redes socia­les como en medios digi­ta­les sobre esta cri­sis y cuál ha sido su evo­lu­ción duran­te estas últi­mas sema­nas.

La pri­me­ra con­clu­sión es que las con­ver­sa­cio­nes sobre el Covid-19 van dis­mi­nu­yen­do en Inter­net has­ta lle­gar casi a los mis­mos nive­les de antes de su lle­ga­da a Espa­ña. Duran­te el mes de mayo, los espa­ño­les han rea­li­za­do una media de 2,7 inter­ac­cio­nes por cada men­ción ori­gi­nal, mien­tras que a prin­ci­pios del mes de mar­zo, pre­vio con­fi­na­mien­to, se lle­gó a alcan­zar una media de 4.

Pero, aun­que la con­ver­sa­ción haya des­cen­di­do en volu­men, los temas se han ido enri­que­cien­do y evo­lu­cio­nan­do a medi­da que han ido trans­cu­rrien­do los días. A pesar de que los prin­ci­pa­les temas de con­ver­sa­ción siguen sien­do los falle­ci­mien­tos, el impac­to eco­nó­mi­co, la ges­tión del Gobierno o los ser­vi­cios sani­ta­rios, hemos vis­to cómo de abril a mayo estos se van des­hin­chan­do, pasan­do de 367.655 men­cio­nes a 214.407 en el caso de los falle­ci­mien­tos, o de 241.473 a 162.357 en el caso del impac­to eco­nó­mi­co.

Duran­te el mes de mayo, las dife­ren­tes fases de la deses­ca­la­da se con­vier­ten en el tema prin­ci­pal en Inter­net, colán­do­se direc­ta­men­te en el top 5 del ran­king de con­ver­sa­cio­nes y sien­do Madrid la comu­ni­dad autó­no­ma don­de se pro­du­ce un mayor volu­men de inter­ac­cio­nes, lle­gan­do a supe­rar el 7 de Mayo las 1.000 men­cio­nes tras el anun­cio del paso a fase 1 de un 51% de la pobla­ción, que­dan­do exen­ta de este paso la comu­ni­dad madri­le­ña.

Aho­ra, con la mayo­ría del país en fase 2, y el res­to en 1 o 3, las con­ver­sa­cio­nes giran en torno a los reen­cuen­tros con fami­lia­res y ami­gos, la aper­tu­ra de bares y res­tau­ran­tes, la posi­bi­li­dad de rea­li­zar via­jes o irse de vaca­cio­nes y el acce­so a las pla­yas y pis­ci­nas..

Si bien los espa­ño­les se mos­tra­ban deseo­sos por ver cómo se iba pasan­do de fase y los per­mi­sos que estas les iban otor­gan­do, todos com­par­ten un sen­ti­mien­to de con­fu­sión e incre­du­li­dad al no enten­der cier­tas medi­das de la deses­ca­la­da, así como el enfa­do e indig­na­ción al ver acti­tu­des que pue­den dar lugar a nue­vos bro­tes que sitúen al país en el comien­zo, otra vez.