Los dise­ños de las nue­vas bote­llas adop­tan los colo­res y moti­vos más céle­bres de los car­na­va­les gadi­ta­nos y vene­cia­nos.

DYC, una de las mar­cas líde­res y con mayor reco­no­ci­mien­to en el sec­tor de las bebi­das espi­ri­tuo­sas, cam­bia el dise­ño de su bote­lla con dos Edi­cio­nes Limi­ta­das. Una, con moti­vos del Car­na­val Gadi­tano, dis­po­ni­ble en Cádiz; y otra, ins­pi­ra­da en la magia y el color de los popu­la­res car­na­va­les de Vene­cia, que dis­tri­bu­ye en las más des­ta­ca­das fies­tas de car­na­val de Extre­ma­du­ra y Sala­man­ca. La nue­va expe­rien­cia de DYC está dis­po­ni­ble has­ta el fin de las cele­bra­cio­nes en los esta­ble­ci­mien­tos y car­pas de hos­te­le­ría.

DYC es sinó­ni­mo de cer­ca­nía y una de las mar­cas de pro­ce­den­cia espa­ño­la más que­ri­das por los con­su­mi­do­res. Gra­cias a su estre­cha rela­ción con los espa­ño­les, el valo­ra­do espi­ri­tuo­so siem­pre aban­de­ra las mejo­res fies­tas y saraos de nues­tro país. Los car­na­va­les no podían ser una excep­ción.

La primera bote­lla, con fra­ses típi­cas gadi­ta­nas y el emble­má­ti­co Tea­tro Falla, cuen­ta con la cola­bo­ra­ción de La Voz del Car­na­val y está dis­po­ni­ble en Cádiz. Con la dedi­ca­to­ria “para ami­gos que le ponen músi­ca al car­na­val”, impre­so en su eti­que­ta, la mar­ca envía un men­sa­je a todos los que van a dis­fru­tar estas fies­tas, com­par­tien­do con ellos la ilu­sión por esta tra­di­ción.

“Para ami­gos que dan color al Car­na­val” es el eslo­gan impre­so en la par­te supe­rior de la Edi­ción Limi­ta­da de DYC, pre­sen­te en Naval­mo­ral (Cáce­res), Ciu­dad Rodri­go (Sala­man­ca) y Bada­joz. Median­te esta fra­se, DYC invi­ta al dis­fru­te de la bebi­da en com­pa­ñía de los nues­tros. El exclu­si­vo dise­ño pre­sen­ta tam­bién los rom­bos carac­te­rís­ti­cos de los dis­fra­ces de arle­quín e incor­po­ra una más­ca­ra seme­jan­te a las que inun­dan Vene­cia en los días pre­vios a la Cua­res­ma.

Aun­que dis­fra­za­do, el whisky espa­ñol man­tie­ne su cali­dad y sabor dis­tin­ti­vo, resul­ta­do de la mez­cla de aguar­dien­tes de mal­ta (ceba­da mal­tea­da) y alcohol de grano, cria­do y enve­je­ci­do final­men­te en barri­cas de roble ame­ri­cano por un perio­do míni­mo de tres años.

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