Tras la breve suspensión de TikTok en territorio estadounidense, lo que dejó clara la intención de Trump de ejercer presión sobre ByteDance, su empresa matriz, el flamante presidente ha firmado una orden ejecutiva que otorga 75 días a la red social para encontrar un comprador estadounidense o enfrentarse a una nueva prohibición.
En la última conferencia de prensa, Trump señaló que estaba abierto a la idea de que Elon Musk, magnate y propietario de empresas como Tesla, X y xAI, adquiera TikTok. “Si Elon quisiera comprar TikTok, no habría problema”, afirmó el mandatario, avivando rumores que habían sido previamente desmentidos. Esta posibilidad no solo permitiría a Musk integrar TikTok a su portafolio empresarial, sino que también le proporcionaría una vasta base de datos para potenciar los modelos de inteligencia artificial de su empresa xAI.
Además de Musk, Trump mencionó a Larry Ellison, cofundador de Oracle, como otro interesado en concretar esta adquisición. Oracle, que ya es socio tecnológico de TikTok en Estados Unidos, tendría una ventaja significativa para facilitar la transición. Según Trump, estas opciones son viables y necesarias para garantizar que la red social siga operando en el país, pero con un cambio en su estructura de propiedad. Trump insistió en que al menos el 50% de TikTok debe pasar a ser propiedad estadounidense, un requisito que ByteDance ha rechazado enfáticamente con anterioridad.
Una relación inestable con TikTok
El anuncio de Trump marca un nuevo giro en su postura hacia TikTok. Durante su primer mandato, en 2020, firmó una orden ejecutiva para prohibir la aplicación en Estados Unidos, bajo el argumento de la seguridad nacional. En tal ocasión, la medida fue bloqueada por un tribunal federal que la calificó de “arbitraria y caprichosa”.
El cambio de postura de Trump parece haber comenzado en 2024 tras una reunión con Jeff Yass, el multimillonario inversor en ByteDance y donante del Partido Republicano. Este encuentro habría sido decisivo para que el líder de los republicanos explore alternativas más conciliadoras para la red social. La presencia de Shou Zi Chew, CEO de TikTok, en la investidura de Trump como presidente el pasado lunes, añade más misterio a la historia.
Implicaciones comerciales y políticas
El eventual comprador de TikTok en Estados Unidos se llevaría una de las plataformas más influyentes del mundo, con una base de usuarios que supera los 150 millones solo en territorio estadounidense. Tal adquisición no solo tendría implicaciones comerciales, sino también geopolíticas, dada la creciente rivalidad entre Estados Unidos y China.
Elon Musk, el conocido inversor de destacada visión empresarial y gran capacidad para cerrar acuerdos estratégicos, es un candidato fuerte para concretar la adquisición, especialmente considerando sus buenos vínculos con el gobierno chino a través de Tesla. Y beneficiaría también su capacidad para desarrollar inteligencia artificial, área en la que ha hecho avances con xAI.
En cuanto a la candidatura de Larry Ellison, quien cuenta con el respaldo técnico de Oracle, presenta una alternativa igualmente interesante, dado que Oracle ya tiene una relación previa con TikTok, lo que significa una ventaja para minimizar las interrupciones para los usuarios.
Intereses político y económicos
La obstinación de Trump en que TikTok pase a ser en un 50% propiedad estadounidense refleja su enfoque nacionalista en las relaciones comerciales. “Si TikTok pierde el mercado estadounidense, su valor se desplomará”, aseguró el mandatario, subrayando la importancia del mercado de Estados Unidos para el éxito de la red social.
Sin embargo, ByteDance sigue rechazando cualquier intento de venta, lo que deja a la deriva el futuro de la plataforma en el país. El valor monetario de TikTok, que podría superar el billón de dólares, convierte esta negociación en una de las más importantes del sector tecnológico.
Las perspectivas para TikTok
Con 75 días que han empezado a correr, el futuro de TikTok en Estados Unidos sigue siendo incierto. Mientras tanto, la orden ejecutiva de Trump deja claro que el presidente está dispuesto a utilizar todas las herramientas a su disposición para acomodar el panorama tecnológico en favor de los intereses estadounidenses.
Con la creciente tensión entre Estados Unidos y China, el desenlace de este capítulo tendrá implicaciones profundas no solo para TikTok, sino también para el equilibrio del poder tecnológico global.