Desde tiempos prehistóricos, saltarse las colas es un desafío

Desde tiempos prehistóricos, saltarse las colas es un desafío

Las lar­gas colas que se pro­du­cen delan­te de la caja en las tien­das físi­cas son uno de los moti­vos que empu­jan al clien­te a aban­do­nar el esta­ble­ci­mien­to. Por tan­to, redu­cir el tiem­po de espe­ra para pagar se ha con­ver­ti­do en uno de las más impor­tan­tes obje­ti­vos de los retai­lers en bus­ca de una mejor expe­rien­cia de usua­rios.

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Por supues­to, gra­cias a la tec­no­lo­gía es mucho más fácil con­se­guir­lo. Ejem­plo de ello es Mono­prix, retai­ler fran­cés que aca­ba de poner en mar­cha un sis­te­ma de pago rápi­do con el móvil median­te el esca­nea­do de los códi­gos de barras de los pro­duc­tos.

Para dar a cono­cer este inno­va­dor ser­vi­cio, la com­pa­ñía ha lan­za­do un spot mos­tran­do, con mucho humor el infierno de las colas. De la mano de la agen­cia Rosa­park, la cam­pa­ña se remon­ta a la era pre­his­tó­ri­ca para demos­trar que las filas han exis­ti­do des­de el prin­ci­pio de la huma­ni­dad.

Con gran inge­nio, vemos a un sapiens ponien­do en mar­cha todo tipo de argu­cias para sal­tar­se la cola que debe hacer para pro­bar un sucu­len­to tro­zo de car­ne: des­de poner una ser­pien­te al de delan­te, has­ta que­mar­le el pelo a las per­so­nas de su alre­de­dor o hacer­se pasar por una emba­ra­za­da. Y todo para evi­tar la espe­ra en la que deno­mi­nan la “pri­me­ra cola de la huma­ni­dad”.