Aun­que nos empe­ñe­mos a menu­do en mirar hacia otro lado para no ver el pro­ble­ma, lo cier­to es que los océa­nos están lle­nos has­ta los topes de basu­ra, sobre todo de dese­chos en for­ma de plás­ti­co.

A los 150 millo­nes de tone­la­das de des­per­di­cios que flo­tan actual­men­te en los océa­nos, se suman cada año otros 8 millo­nes de tone­la­das. Y el plás­ti­co que cam­pa a sus anchas en los eco­sis­te­mas mari­nos es una seria ame­na­za para la fau­na que tie­ne la des­gra­cia de tener allí su hábi­tat. Los peces y las aves mari­nas mue­ren atra­gan­ta­dos por peque­ños peda­zos de plás­ti­co. Y los peces más gran­des, las tor­tu­gas y las focas que­dan atra­pa­dos en la basu­ra que ensu­cia y des­lu­ce los océa­nos.

Ante el deso­la­dor pano­ra­ma, Salt­wa­ter Bre­wery, una peque­ña empre­sa cer­ve­ce­ra oriun­da de Esta­dos Uni­dos, ha deci­di­do dar una vuel­ta de tuer­ca (eco­ló­gi­ca) a las peli­gro­sí­si­mas ani­llas de plás­ti­co de sus cer­ve­zas para librar a los océa­nos de tone­la­das de basu­ra.
[jca­rou­sel visible=“2” scroll=“1” animation=“1900” auto=“1” wrap=“circular”]

Las nue­vas ani­llas de Salt­wa­ter Bre­wery son doble­men­te eco­ló­gi­cas. En lugar de ser fabri­ca­das con plás­ti­co, uti­li­zan res­tos (bio­de­gra­da­bles) gene­ra­dos duran­te el pro­ce­so de fer­men­ta­ción de sus pro­duc­tos (ceba­da, por ejem­plo). Y al ser comes­ti­bles los ani­ma­les pue­den uti­li­zar las ani­llas como ali­men­to sin peli­gro de caer por ello en las garras de la muer­te.

Con esta cam­pa­ña, para la que Salt­wa­ter Bre­wery ha tra­ba­ja­do en cola­bo­ra­ción con la agen­cia We Belie­vers, esta humil­de com­pa­ñía espe­ra que otras empre­sas cer­ve­ce­ras (sobre todo las más gran­des) sigan su mis­mo ejem­plo y den tre­gua por fin a los cas­ti­ga­dos océa­nos.