Darle la vuelta a las críticas online y reforzar la reputación de la empresa

Darle la vuelta a las críticas online y reforzar la reputación de la empresa

reputacion2Duran­te años las empre­sas han encar­ga­do infor­mes a fir­mas exter­nas para eva­luar cómo esta­ban fun­cio­nan­do deter­mi­na­dos depar­ta­men­tos. El clien­te mis­te­rio­so se encar­ga­ba de eva­luar el tra­to reci­bi­do. Pues bien, eso hoy lo pode­mos tener gra­tis en muchos nego­cios ya que el clien­te mis­te­rio­so nos ofre­ce sus valo­ra­cio­nes a tra­vés de las crí­ti­cas en Inter­net.

En muchos casos las valo­ra­cio­nes rea­li­za­das ser­vi­rían para fijar los incen­ti­vos de un emplea­do, de un depar­ta­men­to, etc. Para hacer­lo, el clien­te mis­te­rio­so iba con una serie de pun­tos que tenía que deman­dar para ver si se cum­plían o no. Todo esto hoy pode­mos ver­lo a tra­vés de las crí­ti­cas en Inter­net. Pági­nas como Tri­pAd­vi­sor, Goo­gle, 11870.com o Fours­qua­re son sólo algu­nos de los luga­res don­de pode­mos ver qué pien­san los clien­tes de nues­tro nego­cio.

En muchos casos los clien­tes nos ofre­cen mucha infor­ma­ción sobre qué han com­pra­do o qué han con­su­mi­do, qué día estu­vie­ron en el local, o publi­can fotos de la fac­tu­ra, pro­duc­tos o ser­vi­cios que habían pedi­do. Con la opi­nión, tan­to posi­ti­va como nega­ti­va, la empre­sa pue­de tomar las medi­das nece­sa­rias para corre­gir pro­ble­mas, esta­ble­cer un pro­gra­ma de incen­ti­vos, etc.

Por supues­to, no bas­ta con expli­car la ver­sión de la empre­sa sobre las crí­ti­cas rea­li­za­das. No todas serán fun­da­das, otras serán direc­ta­men­te fal­sas de gen­te que no ha esta­do en nues­tro nego­cio. Aquí tene­mos que dis­cri­mi­nar y esta­ble­cer un fil­tro, lo que requie­re un tra­ba­jo pos­te­rior, para eva­luar la opi­nión, el per­fil del usua­rio, etc.

No es una cues­tión sen­ci­lla, pero este tipo de pági­nas nos ofre­cen la posi­bi­li­dad de que otros nos digan lo que no está fun­cio­nan­do en nues­tro nego­cio. A veces sim­ple­men­te nos pre­gun­ta­mos por qué la com­pe­ten­cia está a tope y noso­tros vamos a medio gas, o sim­ple­men­te sobre­vi­vi­mos a duras penas. La res­pues­ta muchas veces nos la dan nues­tros pro­pios clien­tes.

¿Cuán­to paga­ría tu nego­cio por mejo­rar su posi­cio­na­mien­to en Inter­net? Lo cier­to es que en este caso noso­tros pode­mos hacer mucho por mejo­rar el posi­cio­na­mien­to de nues­tro nego­cio gra­cias a las crí­ti­cas de los clien­tes en las pági­nas y luga­res de reco­men­da­cio­nes.