La icónica estatua de Molly Malone en Dublín tiene los pechos que quizá sean unos de los más fotografiados y tocados del mundo. Es esta atención lo que ha llevado a la Fundación Marie Keating y a la agencia Rothco a convertir a la vendedora ambulante en la protagonista de su nueva campaña en favor de la exploración mamaria como medida preventiva del cáncer de mama.
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Así, la acción se basó en colocar un pequeño bulto en uno de los pechos de la figura para comprobar si alguien se daba cuenta del cambio. El resultado no puede ser más desolador pues, de las cientos de personas que se pararon ante Malone, ninguna reparó en el sospechoso bulto.
De esta original manera, la Fundación busca concienciar a las mujeres sobre la importancia de la autoexploración para el diagnóstico precoz de una enfermedad que todavía mata a 500.000 mujeres cada año en todo el mundo.