COVID-19: 4 principios éticos que deben adoptar las marcas

COVID-19: 4 principios éticos que deben adoptar las marcas

En estos momen­tos tan crí­ti­cos para todos, casi nadie pien­sa en los mar­ke­te­ros. Al fin y al cabo, el con­su­mi­dor siem­pre ha con­tem­pla­do con más escep­ti­cis­mo que otra cosa a estos pro­fe­sio­na­les.

Pero los mar­ke­te­ros andan más ata­rea­dos que nun­ca por­que a las mar­cas a las que pres­tan sus ser­vi­cios les car­co­me la preo­cu­pa­ción por su pro­pia ima­gen, que temen ver res­que­bra­ja­da si no actúan ade­cua­da­men­te. La razón: nin­gu­na mar­ca quie­re ser con­tem­pla­da como opor­tu­nis­ta o que está sacan­do taja­da de la pan­de­mia.

Y qui­zás por eso, por mie­do a pro­yec­tar de cara a la gale­ría una ima­gen poco sin­ce­ra, irres­pe­tuo­sa e inclu­so huér­fa­na de todo sen­ti­do de la éti­ca, muchas mar­cas están “podan­do” sus pre­su­pues­tos de mar­ke­ting, unos pre­su­pues­tos que son para­dó­ji­ca­men­te más nece­sa­rios que nun­ca para man­te­ner y robus­te­cer la rela­ción con el con­su­mi­dor.

En tiem­pos de coro­na­vi­rus las mar­cas no pue­de echar­se a dor­mir y entrar en perio­do de “hiber­na­ción”. Deben adap­tar­se a la situa­ción y hacer­lo guián­do­se por la éti­ca a modo de estre­lla polar. En un artícu­lo para Hori­zont Ste­fan Bec­ker se esgri­men 4 prin­ci­pios éti­cos que las mar­cas debe­rían tener en con­si­de­ra­ción en estos momen­tos:

1. Hacer los ajus­tes per­ti­nen­tes en la comu­ni­ca­ción con el clien­te

Las mar­cas no pue­den per­der de vis­ta en nin­gún momen­to que muchos de sus clien­tes se enfren­tan actual­men­te a ele­va­das dosis de angus­tia. Agu­dos pro­ble­mas como la inse­gu­ri­dad labo­ral y la preo­cu­pa­ción en torno a la salud se han apo­de­ra­do de la men­te de los con­su­mi­do­res, cuyas pose­sio­nes mate­ria­les han pasa­do lógi­ca­men­te a un segun­do plano.

Aho­ra no es defi­ni­ti­va­men­te el momen­to de crear un sen­ti­do de la urgen­cia en el con­su­mi­dor e insis­tir en que com­pre cosas que qui­zás no nece­si­ta. Es pre­ci­so adop­tar un nue­vo tono y ese tono debe per­mear todos los cana­les de comu­ni­ca­ción a dis­po­si­ción de las mar­cas.

Aun­que cau­tas en sus comu­ni­ca­cio­nes, las mar­cas deben seguir comu­ni­cán­do­se con el con­su­mi­dor. Es vital que el con­su­mi­dor no se sien­ta aban­do­na­do por las mar­cas en situa­cio­nes tan extre­mas y que estas hagan lo posi­ble y lo impo­si­ble para hacer­se úti­les a sus ojos.

2. Apro­xi­mar­se de mane­ra proac­ti­va al con­su­mi­dor

Aun­que abo­ca­do nece­sa­ria­men­te al con­fi­na­mien­to, el con­su­mi­dor sigue ade­lan­te con su “cus­to­mer jour­ney”, que no se para­li­za como con­se­cuen­cia del coro­na­vi­rus. Y gra­cias a los valio­sos datos que obran en su poder las mar­cas lo tie­nen extra­or­di­na­ria­men­te fácil, mucho más que antes, para bus­car de mane­ra proac­ti­va la comu­ni­ca­ción con sus clien­tes y hacer­lo sin nin­gún tipo de fisu­ra en todos los cana­les.

Como siem­pre, la crea­ti­vi­dad es la cla­ve. Y la mar­cas deben esfor­zar­se por tra­tar de pro­cu­rar res­pues­tas ade­cua­das a esta pre­gun­ta: ¿cómo pode­mos ayu­dar al clien­te en estos momen­tos difí­ci­les?

Alar­gar los pla­zos de devo­lu­ción para los pro­duc­tos adqui­ri­dos por el clien­te o apos­tar por el repar­to de pedi­dos “con­tactless” son dos ejem­plos de medi­das proac­ti­vas que las mar­cas pue­den y deben adop­tar en la apro­xi­ma­ción a sus clien­tes.

3. Reac­cio­nar de mane­ra rau­da y veloz

Dos de los aspec­tos más com­ple­jos sola­pa­dos a la actual cri­sis son pro­ba­ble­men­te la incer­ti­dum­bre y la abso­lu­ta ausen­cia de impre­vi­sión en los acon­te­ci­mien­tos. En este sen­ti­do a las mar­cas no les que­da más reme­dio que apren­der a lidiar con la fle­xi­bi­li­dad y con desa­fíos de natu­ra­le­za alta­men­te cam­bian­te. Y eso inclu­ye imple­men­tar cam­bios en los pro­ce­di­mien­tos con esca­so mar­gen de tiem­po y des­pla­zar pre­su­pues­tos a otros cana­les, de ser nece­sa­rio.

Se tra­ta, en resu­men, de reac­cio­nar con fle­xi­bi­li­dad a los cam­bios para aga­sa­jar al con­su­mi­dor con el ali­vio que bus­ca y tan­to nece­si­ta en momen­tos de cri­sis. Y más allá de la fle­xi­bi­li­dad, entran tam­bién en la ecua­ción la hones­ti­dad y la trans­pa­ren­cia. El con­su­mi­dor apre­cia­rá esa hones­ti­dad y esa trans­pa­ren­cia de las mar­cas cuan­do las cri­sis se dilu­ya en el hori­zon­te.

4. Mos­trar huma­ni­dad e inte­li­gen­cia emo­cio­nal

La inte­li­gen­cia emo­cio­nal es una habi­li­dad que todo mar­ke­te­ro debe­ría domi­nar con en su día a día labo­ral. Sin embar­go, la situa­ción actual requie­re nive­les de empa­tía por enci­ma de la media a la hora de con­tac­tar con el clien­te.

El con­su­mi­dor ha sido des­ga­ja­do de su vida nor­mal y bus­ca dar­le un nue­vo sen­ti­do a su nue­va reali­dad, por lo que tie­ne nue­vas nece­si­da­des.

Las mar­cas deben tener asi­mis­mo en cuen­ta que en sus cam­pa­ñas no se están diri­gien­do a una masa más o menos infor­me sino a per­so­nas reales fus­ti­ga­das por innu­me­ra­bles preo­cu­pa­cio­nes, las ema­na­das de una cri­sis sin pre­ce­den­tes.

En tiem­pos de coro­na­vi­rus el mar­ke­ting debe arro­jar­se nece­sa­ria­men­te en manos de la éti­ca, pero esta no debe solo hacer acto de pre­sen­cia en situa­cio­nes extre­mas. Debe­ría estar fir­me­men­te incrus­ta­da en el ADN de toda mar­ca.