Conclusiones del estudio GEM: en España, una media de 15.000 euros son necesarios para lanzar un negocio

emprend2Esta recien­te cri­sis finan­cie­ra, la peor de los últi­mos 80 años, ha teni­do un pro­fun­do efec­to en el pano­ra­ma eco­nó­mi­co, así como en el de los empren­de­do­res”, ase­gu­ran los auto­res del estu­dio: Dr. Caro­li­ne Daniels, Mike Herring­ton y Penny Kew.

Glo­bal Entre­pre­neurship Moni­tor (GEM) ha ana­li­za­do los datos de 60 nacio­nes para sacar una serie de con­clu­sio­nes eco­nó­mi­cas que tie­nen rela­ción con la inver­sión y la mane­ra de enfo­car el arran­que de un nego­cio por par­te del empre­sa­rio. Las nue­vas fuen­tes de finan­cia­ción que sur­gen de la cri­sis mun­dial eco­nó­mi­ca han impues­to un cam­bio cla­ve a la hora de la toma de deci­sio­nes de los empre­sa­rios.

El des­cen­so glo­bal finan­cie­ro ha hecho que los empre­sa­rios sean más depen­dien­tes de sus fon­dos pro­pios, mien­tras nue­vas fuen­tes de finan­cia­ción para empren­de­do­res, como el crowd­sour­cing, han gana­do popu­la­ri­dad según este nue­vo infor­me.

Espa­ña es el país con el por­cen­ta­je más bajo de empre­sa­rios que usan sus pro­pios fon­dos para finan­ciar sus nego­cios. Entre las con­clu­sio­nes del estu­dio de GEM que englo­ba la reco­lec­ción y aná­li­sis de datos inter­na­cio­na­les, cabe des­ta­car:

  • emprendEl 95% de los empren­de­do­res depen­den aho­ra de su pro­pia finan­cia­ción.
  • Con 79%, Espa­ña resul­ta ser uno de los paí­ses con el por­cen­ta­je más bajo de empre­sa­rios que pue­dan auto­fi­nan­ciar­se.
  • La inver­sión media para crear un nego­cio ha dis­mi­nui­do en los diez últi­mos años: 13.000 dóla­res (2015) vs. 54.000 dóla­res (2004).
  • Volun­tad y capa­ci­dad por par­te de los empre­sa­rios actua­les de empren­der con menos recur­sos (influen­cia de inter­net).
  • La des­igual­dad de géne­ro tie­ne su espa­cio en este estu­dio: la mujer se enfren­ta a mayo­res difi­cul­ta­des a la hora de encon­trar finan­cia­ción aje­na y demues­tra nece­si­tar menos fon­dos para empren­der un nego­cio que los hom­bres.

Ade­más, el infor­me mues­tra que las for­mas tra­di­cio­na­les de finan­cia­ción empre­sa­rial están sien­do suplan­ta­das cada vez más por nue­vas fuen­tes que flo­re­cen, como los prés­ta­mos entre par­ti­cu­la­res, crowd­fun­ding, micro­fi­nan­cia­ción y coope­ra­ti­vas de finan­cia­ción.

Al mis­mo tiem­po, las indus­trias, los mode­los de nego­cio y el con­cep­to mar­ket­pla­ce están sien­do rede­fi­ni­dos por la tec­no­lo­gía móvil. La glo­ba­li­za­ción y el papel de la tec­no­lo­gía, inclu­yen­do las redes socia­les, no pue­den ser sub­es­ti­ma­dos.

El ori­gen de todo esto ha sido situa­do en la cri­sis de 2008 que com­pli­có la obten­ción de finan­cia­mien­tos más con­ser­va­do­res y abrió una nue­va era en la que el empre­sa­rio debe bus­car nue­vas mane­ras de con­se­guir la can­ti­dad de dine­ro nece­sa­ria para empren­der su pro­yec­to.