Las redes socia­les más cono­ci­das por anti­güe­dad y uso son Face­book y Twit­ter, pero no son las más tran­si­ta­das por los usua­rios más jóve­nes ni más acti­vos. Con el uso mediá­ti­co del social media, han ido apa­re­cien­do nue­vas app más diná­mi­cas y atrac­ti­vas para el tar­get más joven, como por ejem­plo Snap­chat, You­tu­be o Ins­ta­gram.

Duran­te este año 2016, Ins­ta­gram se ha vis­to afec­ta­da por el fenó­meno Snap­chat, por lo que ha ido incor­po­ran­do mejo­ras en su app para ser más com­pe­ti­ti­va y no per­der usua­rios. La prue­ba más noto­ria de esto es la crea­ción de Ins­ta­gram Sto­ries, una copia de las sto­ries de Snap­chat, vídeos que no per­du­ran en el tiem­po y des­apa­re­cen en 24 horas.

¿Por qué habla­mos de esto? Por­que des­de la agen­cia de comu­ni­ca­ción digi­tal Kei­boo y su crea­ción de estra­te­gias de social media se pone espe­cial aten­ción a la red social Ins­ta­gram. Es una herra­mien­ta muy poten­te que nos ayu­da con la pues­ta en esce­na de nues­tro nego­cio. Todas las mejo­ras supo­nen nue­vos retos y estra­te­gias den­tro de nues­tro social media plan­ning.

Por eso que­re­mos des­ta­car la impor­tan­cia de tener una bue­na estra­te­gia de comu­ni­ca­ción. Estos son algu­nos de los bene­fi­cios que pue­de apor­tar la incor­po­ra­ción de Ins­ta­gram a una estra­te­gia de social media:

• Para todo tipo de empre­sas. Se tie­ne un con­cep­to erró­neo del uso de esta app, muchos pien­san que sólo sir­ve para gran­des empre­sas. Tan­to si se es una gran empre­sa como peque­ña, se pue­de mos­trar el pro­duc­to y la esen­cia de la mar­ca median­te la crea­ción de una línea visual agra­da­ble, ori­gi­nal y diver­ti­da acor­de con el espí­ri­tu de una mar­ca.
• Aumen­to del enga­ge­ment. Según las esta­dís­ti­cas, Ins­ta­gram engan­cha de media 21 minu­tos a los más de 500 millo­nes de usua­rios que nave­gan por la app. Estos usua­rios bus­can con­te­ni­do con el que conec­tar e inter­ac­tuar, ²⁴⁄₇. El uso correc­to de hash­tags pue­de ayu­dar a un nego­cio a conec­tar con los segui­do­res y con­se­guir nue­vos.
• Aumen­to de la audien­cia. Es curio­so que en Ins­ta­gram los usua­rios tie­nen un nivel muy alto de tole­ran­cia hacia las mar­cas y su con­te­ni­do. De hecho, muchos usua­rios bus­can nue­vas mar­cas, lo que sig­ni­fi­ca un gran mer­ca­do de poten­cia­les clien­tes. Como comen­tá­ba­mos en el ante­rior epí­gra­fe, el uso apro­pia­do de hash­tags pue­de mul­ti­pli­car por 1.000 el públi­co obje­ti­vo.
• Huma­ni­zar la mar­ca. Ins­ta­gram es sobre todo una herra­mien­ta visual. Se pue­de mos­trar el pro­duc­to, pero tam­bién se pue­de usar como ven­ta­na al mun­do. ¿Cómo? Mos­tran­do el fac­tor humano y el talen­to que hay detrás de una empre­sa. Los segui­do­res inter­ac­túan con con­te­ni­do abier­to y sin­ce­ro que les acer­que a la mar­ca.

Las posi­bi­li­da­des son infi­ni­tas si se plan­tea bien una estra­te­gia de social media. Se tra­ta de crea­ti­vi­dad y tra­ba­jo cons­tan­te. El obje­ti­vo de Kei­boo, como crea­do­ra de estra­te­gias en social media, es gene­rar impac­to en la men­te de los con­su­mi­do­res a la vez que se crea una bue­na repu­tación. Tener segui­do­res no es sinó­ni­mo de tener gen­te intere­sa­da, es nece­sa­rio con­se­guir una comu­ni­dad de cali­dad que esté dis­pues­ta a inter­ac­tuar y crear valor para tu mar­ca.