¿Cómo usar hashtags de forma efectiva?

¿Cómo usar hashtags de forma efectiva?

Por Eva Llor­ca – Noer­gia

eva_llorcaHace años que Twit­ter lan­zó el hash­tag (#) entre sus usua­rios. La con­cien­cia social moder­na ya ha asu­mi­do la almoha­di­lla como par­te habi­tual en su dis­cur­so digi­tal, y más aho­ra que Ins­ta­gram, Face­book, Goo­gle+ o Pin­te­rest tam­bién lo emplean. Uti­li­zar­lo como usua­rios pue­de pare­cer sen­ci­llo pero, ¿cómo lo debe uti­li­zar un anun­cian­te o un Com­mu­nity Mana­ger para ali­men­tar su cam­pa­ña de mar­ke­ting? ¿Qué cri­te­rios hay que tener para ele­gir un buen hash­tag?

Pocos uti­li­za­ban la almoha­di­lla has­ta que en 1997 uno de los usua­rios des­de el pri­mer día de la red social del paja­ri­to azul, Chris Mes­si­na, lan­zó con mucho éxi­to un tweet en el que pro­po­nía el uso del sím­bo­lo “#” para orga­ni­zar gru­pos sig­ni­fi­ca­ti­vos. Pocos días des­pués escri­bió un men­sa­je en su blog, factoryjoe.com, amplian­do esta idea. Él la hacía lla­mar “whis­per cir­cle” o “círcu­lo de susu­rro”.

Años des­pués, los usua­rios de todo el mun­do han adop­ta­do esta útil for­ma de cla­si­fi­car ideas e infor­ma­ción. Según Twit­ter, en 2011, más del 10% de todos los tweets con­te­nían al menos uno o más hash­tags. Con un pro­me­dio de 140 millo­nes de tweets y medio millón de nue­vas cuen­tas crea­das cada día, es fácil ver por qué los usua­rios nece­si­tan algu­na for­ma de cla­si­fi­ca­ción a tra­vés de todos estos men­sa­jes.

Antes de crear un hash­tag…

Cual­quier usua­rio de Twit­ter y, aho­ra recien­te­men­te, de Ins­ta­gram, Face­book, Goo­gle+ o Pin­te­rest, es libre para crear y uti­li­zar sus pro­pios hash­tags. Eso sí, debe cum­plir con las nor­mas esta­ble­ci­das por las redes socia­les. Estas nor­mas abor­dan cues­tio­nes tales como evi­tar len­gua­jes ofen­si­vos o ame­na­zan­tes, así como hacer­se pasar por otro usua­rio, gru­po o empre­sa.

Antes de deci­dir­se por uti­li­zar un hash­tag, los usua­rios deben hacer una “peque­ña inves­ti­ga­ción” para ver qué pala­bras cla­ve están dis­po­ni­bles. Tam­bién es impor­tan­te que el hash­tag sea bre­ve.

Los hash­tags deben estar direc­ta­men­te rela­cio­na­dos con el tema del men­sa­je. Si un usua­rio quie­re crear un gru­po o una cate­go­ría para afi­cio­na­dos al run­ning uti­li­zan­do un hash­tag para ello, debe uti­li­zar tér­mi­nos que los miem­bros de ese “gru­po” reco­noz­can, como por ejem­plo: #runn­ning o #run­ner­ti­me.

Pue­de con­si­de­rar­se que un usua­rio está hacien­do spam si uti­li­za nume­ro­sos “#” de for­ma abu­si­va o que no están rela­cio­na­dos con un tema. Su cuen­ta pue­de lle­gar a sus­pen­der­se (Twit­ter lo apli­ca). Las bue­nas prác­ti­cas reco­mien­dan usar has­ta 2 hash­tags o eti­que­tas por tweet.

Algu­nos de estos casos podrían ser cau­sa de un cese en la cuen­ta:

  • Aña­dir más de una etiqueta/hashtag en un inten­to de lla­mar la aten­ción.
  • Twit­tear repe­ti­da­men­te un hash­tag sin agre­gar valor a la con­ver­sa­ción en un inten­to de con­se­guir estar en el top de ten­den­cias o tren­ding topic.
  • Uti­li­zar los temas ten­den­cia de mane­ra recu­rren­te con el fin de diri­gir el trá­fi­co al per­fil, sobre todo si éstos se mez­clan con publi­ci­dad.
  • Enviar lis­ta­dos de los tren­ding topics en com­bi­na­ción con una peti­ción de seguir la cuen­ta.
  • Uti­li­zar enla­ces enga­ño­sos o frau­du­len­tos jun­to con hash­tags que son ten­den­cia del momen­to.

Uti­li­zar hash­tags rele­van­tes da la opor­tu­ni­dad a las empre­sas, orga­ni­za­cio­nes y mar­cas de ganar expo­si­ción y com­par­tir su expe­rien­cia. Eso sí, nun­ca con la idea de auto­pro­mo­ción des­ca­ra­da. Hashtag by James Mitchell, on Flickr

Mini manual del per­fec­to uso del hash­tag entre las empre­sas

Las prác­ti­cas reco­men­da­das para uti­li­zar hash­tags en las redes socia­les serían las siguien­tes:

  1. Des­pués de deci­dir­se por un hash­tag a uti­li­zar en una cam­pa­ña o pro­mo­ción, con­vie­ne bus­car­lo para saber si hay alguien más que ya está usan­do ese hash­tag para su even­to o cam­pa­ña. Si exis­te un gran núme­ro de con­ver­sa­cio­nes en torno a las almoha­di­llas que ya hay, lo mejor será pen­sar un nue­vo tér­mino. Los hash­tags más uti­li­za­dos en Twit­ter se pue­den encon­trar en Hashtags.org. En el res­to de redes socia­les, bas­ta­rá con intro­du­cir el tér­mino de bús­que­da pre­ce­di­do por una “#” en el cua­dro de bús­que­da.
  2. Medir mucho las pala­bras esco­gi­das para crear el hash­tag. Usar pala­bras que estén rela­cio­na­das con los sen­ti­mien­tos, como el “amor”, pue­de gene­rar con­tro­ver­sia. Es pre­ci­so ase­gu­rar­se de que los segui­do­res real­men­te “aman” una mar­ca para emplear un hash­tag tan car­ga­do de sen­ti­mien­tos.
  3. Nin­gu­na mar­ca se libra de las crí­ti­cas, pero los hash­tag pue­den ser un “cebo” para aque­llos usua­rios que quie­ran gene­rar un peque­ño con­flic­to en redes socia­les. Es lo que le pasó a McDo­nalds que eli­gió #McDS­to­ries para com­par­tir his­to­rias diver­ti­das acer­ca de la expe­rien­cia de la gen­te en sus res­tau­ran­tes. La gen­te com­par­tió tam­bién his­to­rias nega­ti­vas y que per­ju­di­ca­ban la ima­gen de la mar­ca. Si una empre­sa tie­ne un pro­duc­to difí­cil, es posi­ble que una mala elec­ción de un hash­tag pro­vo­que a muchos detrac­to­res.
  4. Un hash­tag sólo es útil si se cono­ce su exis­ten­cia. Si se crea una cam­pa­ña de mar­ke­ting en la que se inclu­ye un hash­tag, éste debe apa­re­cer en todos los cana­les de comer­cia­li­za­ción: en el mai­ling, folle­tos, tar­je­tas, etc… En even­tos o en oca­sio­nes en las que se reúne un gran núme­ro de per­so­nas en un lugar (o inclu­so en varias ubi­ca­cio­nes), un hash­tag ofi­cial per­mi­te la dis­cu­sión y ayu­da a la gen­te a encon­trar­se.
  5. Cuan­do un hash­tag ya es habi­tual­men­te uti­li­za­do, una mar­ca debe res­pe­tar­lo y no “secues­trar­lo” para sus cam­pa­ñas. Por ejem­plo, si una empre­sa de zapa­tos con sede en Madrid se apro­pia del hash­tag #Madrid por­que es muy uti­li­za­do, gene­ra­rá con­fu­sión entre los usua­rios y sus men­sa­jes se per­de­rán. Lo mejor es crear uno nue­vo des­de cero. El tra­ba­jo será más difí­cil, pero más efi­cien­te.
Eva Llor­ca

www.noergia.com
@evallorca