Las estrategias de las cerveceras en Argentina son muy distintas: mientras uno de los grupos apuesta a los envases retornables como forma de sostenerse primero en ventas, su rival juega fuerte en los packaging descartables.
“La guerra de las cervezas” se profundiza en la Argentina, más aún cuando llega el verano y el consumo crece. O debería crecer, a pesar de que hace ya más de 10 años que está estancado en 43 litros por persona al año.
En ese marco, una de las novedades es el crecimiento de la participación de las latas en el mercado total del producto. “El peso de las latas en el mercado argentino pasó del 3% en octubre, al 7% en agosto de 2016″, explicaron a La Nación desde CCU Argentina, la segunda compañía cervecera en el país, detrás de Quilmes (AB InBev).
Las latas, a diferencia de otros mercados cercanos (como Chile, por ejemplo), nunca tuvieron un share importante en Argentina, por eso este 7% (que esperan llevarlo al 10% luego del verano) entusiasma.
El aumento de la venta de cerveza en lata se da en una feroz competencia entre los dos grupos dominantes. Por un lado, Ab Inbev (que domina casi el 75% del mercado con las marcas Quilmes, Brahma y Stella Artois) apuesta por potenciar los envases retornables aprovechando su poderío logístico.
Por otro, CCU (Schneider, Heineken y Budweiser), juega fuerte con precios bajos y con las latas. “Con este objetivo, acaba de anunciar una importante inversión en su planta de Luján (Buenos Aires), que incluye la incorporación de una nueva línea de latas y la ampliación en un 40% de la capacidad de producción”, explican en La Nación.
La idea es brindarle al consumidor una clara conveniencia en términos de precio: que el precio por litro de cerveza en lata sea el mismo que el de la botella de vidrio, pero con la practicidad de la no retornabilidad, había señalado a Clarín Nicolás Rubino, gerente de Marketing de CCU el año pasado.
La suerte está echada: CCU sigue jugando todo a los descartables y AB InBev a los retornables. De hecho, con sus marcas Quilmes y Brahma lanzó un nuevo envase de 355 ml retornable, cuyo precio, entregando el envase, es el mismo que el de una lata. Siempre con la idea de potenciar su liderazgo gracias a su poder logístico.