La fantasía de tener a nuestra exclusiva disposición nuestra tienda favorita sin el obstáculo de tropezar con los pasillos abarrotados de gente es el sueño de no pocas muchas personas. Pero, ¿y si además de escudriñar la mercancía alojada en nuestra tienda predilecta pudiéramos además dormir allí? Pues 31 personas hicieron realidad este sueño la semana pasada en un punto de venta de IKEA situado en la localidad de Aalborg (Dinamarca).
La culpable de todo la tuvo una tormenta de nieve que ocasionó que empleados y clientes de la tiendas se quedaran allí atrapados, ya que no había posibilidad de abandonar las instalaciones con seguridad.
Aunque tener que pasar la noche en una tienda pueda no sonar demasiado apetecible, lo cierto es que las 31 personas afectadas vivieron una velada inolvidable.
Una tormenta que en poco tiempo provocó cúmulos de nieve de 30 centímetros de altura hizo que 25 empleados y 6 clientes pasaran la noche de un miércoles en un establecimiento de IKEA en Aalborg. Y lo que comenzó siendo un contratiempo no tardó en trocarse en una divertida fiesta de pijamas.
“Fue una experiencia única en la vida. Nunca antes había vivido algo similar desde que trabajo en IKEA”, asegura Peter Elmose, gerente de la tienda de IKEA en Aalborg, en declaraciones a Insider.
El grupo de personas inesperadamente unidas por la tormenta de nieve pasó la noche viendo la tele, jugando a las cartas y comiendo en la cafetería del personal. Y cuando concluyó la singular “pijamada”, empleados y clientes se acomodaron en las camas expuestas en la tienda para descansar.
A la fiesta de pijamas se unieron, ya en mitad de la noche, tres dependientas de una tienda cercana que, también atrapadas por la nieve, acudieron a la tienda de IKEA a buscar refugio. “Se enteraron en las noticias de que estábamos en este IKEA, así que caminaron unos 700 metros en mitad de la tormenta de nieve y llamaron a nuestra puerta”, relata Elmose.
“Todo el mundo estaba realmente tranquilo, y pudimos hacer que fuera una velada agradable y acogedora”, indica Elmose. “Nuestros valores son cuidarnos los unos a los otros, así que lo pasamos muy bien y disfrutamos de la velada”, apostilla.
Cuando el punto de venta abrió de nuevo sus puertas a las 10 de la mañana del día siguiente, todo en el interior de la tienda estaba impoluto y las camas habían sido ya cambiadas.
IKEA puso la guinda del pastel a tan inolvidable inexperiencia agasajando a las personas atrapadas con una almohada gratis a modo de recuerdo.