7 sabios consejos de marketing siempre vigentes

7 sabios consejos de marketing siempre vigentes

sabEl mar­ke­ting es una dis­ci­pli­na per­pe­tua­men­te cam­bian­te a la que le encan­ta col­gar­se del bra­zo de todas las modas que salen a su paso. Sin embar­go, y pese a que las modas son capa­ces de encan­di­lar has­ta a los mar­ke­te­ros más expe­ri­men­ta­dos, hay algu­nas cosas que nun­ca cam­bian en el mar­ke­ting.

De hecho, para triun­far en esta dis­ci­pli­na es posi­ti­vo echar de vez en cuan­do la vis­ta atrás y fijar la mira­da en los con­se­jos vie­jos, y por ello sabios, que reco­ge a con­ti­nua­ción Inc.:

  1. La auten­ti­ci­dad lo es todo. Las mar­cas que aún no com­par­ten his­to­rias ver­da­de­ra­men­te autén­ti­cas están con­de­na­das a topar­se con el muro de la indi­fe­ren­cia cuan­do tra­tan de conec­tar con su públi­co obje­ti­vo. Y si el públi­co no conec­ta con las mar­cas, no com­pra­rá los pro­duc­tos que estas ven­den. Así de sen­ci­llo.
  2. Es nece­sa­rio poner aten­ción en el bos­que y no tan­to en los árbo­les. En lugar de con­cen­trar­se en pla­ta­for­mas con­cre­tas como Snap­chat e Ins­ta­gram, las mar­cas debe­rían esfor­zar­se por alcan­zar la maes­tría en la gene­ra­ción de con­te­ni­dos en for­ma­tos más o menos gené­ri­cos como el audio y el vídeo. Las pla­ta­for­mas cam­bian (a veces de la noche a la maña­na), pero los for­ma­tos son menos permea­bles a los cam­bios (y por eso mere­ce la pena con­cen­trar­se en ellos).
  3. El con­te­ni­do es el rey y la comu­ni­dad es la rei­na. De nada sir­ve gene­rar con­te­ni­do de cali­dad a man­sal­va si no hay des­pués una comu­ni­dad intere­sa­da en con­su­mir­lo y com­par­tir­lo en la red de redes. Tan impor­tan­te es conec­tar con la comu­ni­dad como gene­rar con­te­ni­do.
  4. sab2No hay que qui­tar ojo a la com­pe­ten­cia. Las mar­cas están obli­ga­das a ras­trear per­ma­nen­te­men­te a sus riva­les y exa­mi­nar por­me­no­ri­za­da­men­te lo que a ellos les fun­cio­na (y lo que no) para tomar deci­sio­nes uti­li­zan­do como brú­ju­la los resul­ta­dos deri­va­dos de esta obser­va­ción.
  5. No todas las pla­ta­for­mas fun­cio­nan de mane­ra idén­ti­ca. Cada pla­ta­for­ma a dis­po­si­ción de los mar­ke­te­ros tie­ne sus pun­tos fuer­tes y sus pun­tos débi­les, y las mar­cas deben exa­mi­nar­los minu­cio­sa­men­te para for­jar cone­xio­nes sóli­das con el con­su­mi­dor. En Twit­ter el con­su­mi­dor apre­cia, por ejem­plo, que las mar­cas hagan gui­ños a temas de actua­li­dad. En Ins­ta­gram, cuyo carác­ter es más aspi­ra­cio­nal, el con­su­mi­dor pre­fie­re, por el con­tra­rio, el con­te­ni­do con el foco pues­to en el “lifesty­le”.
  6. La con­sis­ten­cia es cla­ve. La con­sis­ten­cia es vital en el uni­ver­so mar­ke­te­ro en sen­ti­do de man­te­ner una línea de acción. Aga­sa­jar al clien­te con una cam­pa­ña de excep­cio­nal cali­dad y “cas­ti­gar­le” des­pués con dos cam­pa­ñas medio­cres hace un fla­co favor a la mar­ca que está detrás.
  7. Dar dema­sia­das vuel­tas a las cosas es una pér­di­da de tiem­po. El eco­sis­te­ma mar­ke­te­ro es eter­na­men­te muta­ble y los cam­bios que allí acon­te­cen se suce­den a velo­ci­dad ver­ti­gi­no­sa. Por esta razón, quie­nes invier­ten dema­sia­do tiem­po rumian­do con­cep­tos corren el ries­go de que tales con­cep­tos lle­guen con sabor a ran­cio a las papi­las gus­ta­ti­vas del con­su­mi­dor.