Por Fer­nan­do Fomi­na­ya – Noer­gia

Cada día millo­nes de poten­cia­les lec­to­res van a teclear sus inquie­tu­des en un bus­ca­dor -“cate­dra­les góti­cas”, “Bar­ce­lo­na” o “está ope­ra­da Belén Este­ban”- y éste no les va a corres­pon­der con “Los pila­res de la Tie­rra”, “La ciu­dad de los pro­di­gios” o la “Bio­gra­fía cana­lla de la Prin­ce­sa del Pue­blo” (títu­lo inven­ta­do, pero segu­ro que hay alguno así). Millo­nes de peque­ñas opor­tu­ni­da­des per­di­das para lec­to­res y para el sec­tor del libro. El libro, sim­ple­men­te, ape­nas está en Inter­net.

Pero, ¿a qué se debe este curio­so fenó­meno?

El mun­do del libro está revuel­to por­que Inter­net está cam­bian­do las reglas: ha irrum­pi­do con fuer­za el libro elec­tró­ni­co, la pira­te­ría es una ame­na­za que nadie sabe muy bien cómo mane­jar, la sobre­rre­gu­la­ción del sec­tor encor­se­ta la inno­va­ción, etc. Auto­res, edi­to­ria­les y libre­rías bus­can ubi­car­se en un momen­to de gran cam­bio para man­te­ner un valor aña­di­do que les per­mi­ta sobre­vi­vir. Entre tan­to cam­bio, el sec­tor ha esta­do más preo­cu­pa­do  en dilu­ci­dar cómo orga­ni­zar la dis­tri­bu­ción del libro en el mun­do digi­tal (ven­ta por Inter­net), que en su divul­ga­ción (llá­me­se tam­bién mar­ke­ting o publi­ci­dad). Con el agra­van­te de que, cuan­do empe­za­mos a pre­gun­tar­nos cómo debe hacer­se el mar­ke­ting digi­tal de un libro, lo pri­me­ro que des­cu­bri­mos es que éste no nos lo pone nada fácil. Vea­mos por qué:

El libro y los bus­ca­do­res

Se pue­de encon­trar infor­ma­ción sobre libros en webs, blogs y tien­das digi­ta­les. En las webs una obra con­cre­ta sue­le apa­re­cer men­cio­na­da jun­to con otra mucha infor­ma­ción, su pre­sen­cia, pues, que­da muy dilui­da. En los blogs encon­tra­mos rese­ñas sobre cier­tos libros. Los blogs son un inven­to de Inter­net y, como tal, posi­cio­nan bien en bus­ca­do­res. Por eso, cuan­do bus­cas un títu­lo con­cre­to en Goo­gle, no es infre­cuen­te que encuen­tres pri­me­ro entra­das de blogs. Sin embar­go, el blo­gue­ro se preo­cu­pa prin­ci­pal­men­te de posi­cio­nar sus artícu­los y no los libros de los que habla.

Las tien­das y los catá­lo­gos digi­ta­les de las edi­to­ria­les sí tie­nen inte­rés en posi­cio­nar cada libro por sepa­ra­do en bus­ca­do­res, por eso cada obra tie­ne una pági­na com­ple­ta dedi­ca­da den­tro del por­tal web con, por lo menos, la por­ta­da del libro, el pre­cio y el carri­to de la com­pra.  No obs­tan­te, hay cua­tro razo­nes por las que estas pági­nas no posi­cio­nan:

1. Mala elec­ción de la url:

No es nin­gún secre­to que si quie­res que la gen­te encuen­tre tu pági­na en Inter­net con­vie­ne que el títu­lo de ésta con­ten­ga las pala­bras cla­ve por las que la podrían bus­car los intere­sa­dos. Sin embar­go, no es raro en el mun­di­llo del libro encon­trar que las urls con­tie­nen una cade­na irre­le­van­te para el SEO en lugar del títu­lo de la obra o de las pala­bras cla­ve más des­ta­ca­das:

Mal ejem­plo:

Buen ejem­plo:

2. No se defi­nen pala­bras cla­ve con poten­cial:

Las mejo­res tien­das ponen una sinop­sis y hacen un peque­ño SEO interno con­sis­ten­te en defi­nir algu­nas pala­bras cla­ve, gene­ral­men­te pala­bras del títu­lo y nom­bre del autor, e incluir una meta­des­crip­ción bási­ca.

Algo así como:

Títu­lo (<title>): LOS PILA­RES DE LA TIE­RRA  – KEN FOLLETT. Resu­men del libro y comen­ta­rios.

Des­crip­ción (<meta name=”description” con­tent=): LOS PILA­RES DE LA TIE­RRA  – KEN FOLLETT. Com­prar el libro y ver resu­men y comen­ta­rios onli­ne. Com­pra ven­ta de libros de segun­da mano y usa­dos.”

Pala­bras cla­ve (/<meta name=”keywords” con­tent=”) LOS PILA­RES DE LA TIE­RRA , KEN FOLLETT, libros segun­da mano.

“Los pila­res de la Tie­rra” es pro­ba­ble­men­te el libro más leí­do de la his­to­ria sobre la Edad Media y las cate­dra­les. Sin embar­go, con el títu­lo, des­crip­ción y pala­bras cla­ve des­cri­tas arri­ba nadie encon­tra­rá esta obra en Goo­gle ni por “Edad Media” ni por “cate­dra­les” ni por nin­gún tér­mino que no sea “Los pila­res de la Tie­rra” o por “Ken Follet”.

3. No hay tex­to que res­pal­de las pala­bras cla­ve:

Cuan­to más tex­to tie­ne una pági­na, mejor idea se hace el bus­ca­dor de lo que ofre­ce ésta y, como regla gene­ral, más favo­ra­ble­men­te la inde­xa. La sinop­sis, por defi­ni­ción, es bre­ve y las pala­bras cla­ve desea­bles a menu­do ni apa­re­cen en ella. Poco tex­to con pocas pala­bras cla­ve sig­ni­fi­ca mal posi­cio­na­mien­to.

4. No se pro­mo­cio­nan los enla­ces:

Natu­ral­men­te, todo el mun­do bus­ca que haya rese­ñas, crí­ti­cas y comen­ta­rios de sus libros en foros, webs y blogs. Esto crea enla­ces a la pági­na del libro, lo cual ayu­da al posi­cio­na­mien­to. Pero, com­pa­ra­do con cual­quier tien­da digi­tal de relo­jes, ¿real­men­te se hace un link­buil­ding en con­di­cio­nes?

Goo­gle pre­su­me de posi­cio­nar en pri­mer lugar el mejor con­te­ni­do, así que el libro y los bus­ca­do­res se debe­rían gus­tar. Para con­se­guir­lo, pode­mos por un lado des­cri­bir ade­cua­da­men­te urls o esfor­zar­nos en cons­truir enla­ces, pero para lograr un ver­da­de­ro sal­to cua­li­ta­ti­vo habrá que crear un nue­vo for­ma­to que per­mi­ta iden­ti­fi­car pala­bras cla­ve poten­tes y res­pal­dar­las con el tex­to ade­cua­do.

El libro y las redes socia­les

El mayor éxi­to del for­ma­to video es lo bien que fun­cio­na la com­bi­na­ción You Tube (u otros cana­les pare­ci­dos) con las redes socia­les. Poder ver un video sin salir de Face­book o del blog que esta­mos leyen­do en un momen­to  dado es una apor­ta­ción de valor aña­di­do incon­men­su­ra­ble. El video se toma de cual­quier lado y se pega don­de uno quie­re, es un via­je­ro nato.

El libro, en cam­bio, ¿qué pue­de ofre­cer?  Com­par­tir por­ta­da y sinop­sis con víncu­lo a la pági­na que los hos­pe­da. Poco más… La quin­ta razón por la que el libro no está en Inter­net: entre lo que cues­ta encon­trar infor­ma­ción sobre el libro que que­re­mos reco­men­dar a nues­tros ami­gos y lo poco sexy del post resul­tan­te, aca­ba­mos por no com­par­tir y, así, el libro tam­po­co se pro­di­ga en las redes socia­les.

Con­clu­sión

El libro ni posi­cio­na en bus­ca­do­res ni se extien­de bien de for­ma viral, por­que no tie­ne una repre­sen­ta­ción digi­tal ade­cua­da. Y esto es un pro­ble­ma, igual para el libro tra­di­cio­nal que para el elec­tró­ni­co.

¿Tie­ne solu­ción esto? ¿O ten­dre­mos que acos­tum­brar­nos a ver videos para ani­mar­nos a adqui­rir libros (una posi­bi­li­dad intere­san­te que ofre­cen los más inno­va­do­res)? La res­pues­ta en el pró­xi­mo artícu­lo.

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Fer­nan­do Fomi­na­ya