Para el lanzamiento de El Eternauta, la producción argentina más ambiciosa de la historia, Netflix Argentina y la agencia Monks Buenos Aires, perteneciente a S4 Capital, pusieron en marcha una campaña que literalmente llevó la serie a las calles de la capital porteña. La consigna fue clara: si el apocalipsis de la ficción comenzaba en los barrios de Buenos Aires, la campaña debía hacer sentir esa invasión en la vida cotidiana de los ciudadanos.
La estrategia de Netflix y Monks resultó ser un éxito a cabalidad, anticipando el fenómeno global en el que se convirtió la serie basada en la historieta de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López. El Eternauta se posicionó como el título de habla no inglesa más visto a nivel mundial, superando los 10,8 millones de visualizaciones y alcanzando el Top 10 en 87 países. Pero antes de dominar las pantallas, la serie tomó por asalto las calles de Buenos Aires.
Una invasión apocalíptica en el corazón de la ciudad
La acción principal de la campaña consistió en un impactante camión militar, réplica de los vehículos de resistencia de la serie, cargado con representaciones gigantes de los Cascarudos, los temibles antagonistas de la primera temporada. El vehículo recorrió avenidas y zonas representativas de Buenos Aires, convirtiéndose en una realidad tangible de la lucha contra la amenaza. Desde la Zona Norte hasta la Feria del Libro, los ciudadanos compartieron de manera espontánea imágenes del camión en sus redes sociales, extendiendo la narrativa de la calle al mundo digital de forma orgánica.
Además de este despliegue móvil, la campaña incluyó intervenciones especiales en la vía pública que recreaban escenas apocalípticas de la serie. Colectivos volcados y automóviles cubiertos de hielo, simulando los efectos de la nevada tóxica, aparecieron en espacios cotidianos como la avenida Libertador, la avenida Bullrich y el vial costero de Vicente López, generando una experiencia urbana intensa que invitaba a ser compartida en redes sociales. Estas instalaciones transformaron el paisaje urbano, capturando la atención de los transeúntes y generando conversación en torno al estreno de la serie.
Pablo Vitale, SVP Executive Creative Director de Monks Buenos Aires, explicó la meta detrás de esta elaborada estrategia inmersiva: “Quisimos que la gente no solo viera la serie, sino que la viviera. Si Buenos Aires es el centro del apocalipsis, entonces tenía que estar invadida por su narrativa”. La campaña apuntó alto a romper la barrera entre la ficción y la realidad, llevando el universo de El Eternauta directamente al entorno de los potenciales espectadores.
Uno de los momentos más espectaculares y virales de la campaña fue la irrupción en OLGA, el popular canal de streaming conducido por Migue Granados. En plena transmisión en vivo, se simuló un apagón que sumió al estudio en la oscuridad y la desconexión, y en medio de la confusión generada, se transmitió un tráiler exclusivo de El Eternauta, seguido por la aparición sorpresiva del personaje de Juan Salvo, interpretado por Ricardo Darín, en medio de una nevada artificial. La escena culminó con Darín desapareciendo del estudio en el mismo camión de la resistencia que había recorrido las calles de la ciudad. Esta acción audaz y perfectamente ejecutada logró un impacto masivo en las redes sociales y los medios, generando una gran expectación por el estreno de la serie.
La campaña de Netflix Argentina y Monks logró integrar de manera magistral la ficción y la realidad, las pantallas y las calles, rindiendo un homenaje impactante a una historia que forma parte del ADN cultural argentino. Lo hizo activando lo que Monks define como “Real-Time Brands”, una metodología que busca intervenir el presente cultural con ideas vivas, que suceden donde está la gente y que evolucionan a la velocidad de la propia cultura, logrando así una conexión profunda y significativa con la audiencia.