3 claves infaltables a la hora de trabajar con creativos

3 claves infaltables a la hora de trabajar con creativos

trs2Quie­nes se des­en­vuel­ven pro­fe­sio­nal­men­te en el uni­ver­so de la crea­ti­vi­dad sue­len sacar a relu­cir ajos y pimien­tas cuan­do hablan sobre sus clien­tes. Y eso que sin estos “moles­tos” clien­tes los crea­ti­vos mori­rían de ina­ni­ción. ¿El pro­ble­ma? Que muchos de los clien­tes a los que los crea­ti­vos pres­tan sus ser­vi­cios no saben cómo tra­tar a las per­so­nas de cuya ins­pi­ra­ción depen­de el éxi­to de sus anun­cios.

En el libro Dear Client la dise­ña­do­ra Bon­nie Sie­gler pro­por­cio­na a los clien­tes una serie de cla­ves para tra­ba­jar de mane­ra más flui­da con los sen­si­bles crea­ti­vos. Fast Com­pany reco­ge a con­ti­nua­ción las cla­ves más más impor­tan­tes com­pi­la­das por Sie­gler en Dear Client:

1. Cuén­te­les el pro­ble­ma, no la solu­ción. Los “brie­fings” que ate­rri­zan en manos de los crea­ti­vos deben ser pró­di­gos en pro­ble­mas, pero no tener en nin­gún caso la osa­día de suge­rir solu­cio­nes. Ese es, al fin y al cabo, el tra­ba­jo de los crea­ti­vos.

Cuan­do el clien­te sugie­re una solu­ción, tien­de a aga­rrar­se a ella como a un cla­vo ardien­do y ter­mi­na cons­tri­ñen­do la crea­ti­vi­dad del equi­po crea­ti­vo al que está pagan­do para hallar solu­cio­nes alter­na­ti­vas que pro­ba­ble­men­te sean ade­más mejo­res.

Otro peli­gro aso­cia­do a las solu­cio­nes pues­tas sobre la mesa por el clien­te es que el crea­ti­vo con­tra­pon­ga una y otra vez sus pro­pias ideas a esa solu­ción para aca­bar cor­tan­do a estas últi­mas las alas, lo cual es suma­men­te peli­gro­so en tér­mi­nos crea­ti­vos.

2. Sea cau­te­lo­so con las pala­bras que salen de su boca. En oca­sio­nes no es lo que dice el clien­te sino cómo lo dice lo que aca­ba las­ti­man­do la deli­ca­da rela­ción entre clien­tes y crea­ti­vos. Los clien­tes pecan muy a menu­do de una áspe­ra fran­que­za y de vague­dad ele­va­da a la máxi­ma poten­cia cuan­do se comu­ni­can con los crea­ti­vos.

trs3A los pro­fe­sio­na­les de la crea­ti­vi­dad no les gus­ta que el clien­te les espe­te algo como “haz el logo más gran­de”. En cam­bio, están pres­tos a cola­bo­rar si el clien­te da la vuel­ta a esta fra­se y la sus­ti­tu­yen por esta otra: “No pue­do evi­tar pre­gun­tar­me cómo que­da­ría esta ima­gen si fue­ra algo más gran­de”.

De mane­ra simi­lar, “lo odio” es una fra­se sufi­cien­te­men­te pon­zo­ño­sa como para tri­tu­rar la rela­ción. En lugar de des­col­gar­se con una fra­se tan cor­tan­te, los clien­tes harían bien en refor­mu­lar­la de la siguien­te for­ma: “¿Me lo podrías expli­car?”.

3. A un crea­ti­vo no le intere­sa lo que pien­sa la espo­sa del clien­te. En oca­sio­nes el clien­te se pone en con­tac­to con el crea­ti­vo para decir­le que ha mos­tra­do su tra­ba­jo a su espo­sa o, en su defec­to, a su mari­do, su hija o su pri­mo, y que la per­so­na a la que ha soli­ci­ta­do con­se­jo le ha ase­gu­ra­do que habría que dar una vuel­ta de tuer­ca al pro­yec­to.

¿El pro­ble­ma? Que es muy pro­ba­ble que la espo­sa del clien­te ten­ga un exce­len­te buen gus­to, pero no ha leí­do en nin­gún momen­to el “brie­fing” del que ha ema­na­do el tra­ba­jo que ha lle­ga­do a sus crí­ti­cos ojos, no ha esta­do invo­lu­cra­da en su ges­ta­ción y no ha par­ti­ci­pa­do en nin­gu­na de las reunio­nes en las que se ha dis­cu­ti­do sobre el pro­yec­to. Y eso resul­ta inevi­ta­ble­men­te frus­tran­te para los crea­ti­vos.

La opi­nión de la espo­sa del clien­te es váli­da de la mis­ma mane­ra que podría ser­lo la de cual­quier otra per­so­na. Está bien que el pare­cer de la espo­sa sal­ga a cola­ción, pero siem­pre y cuan­do el mis­mo haya sido dis­cu­ti­do pre­via­men­te con más per­so­nas y esté ver­da­de­ra­men­te en sin­to­nía con el “brie­fing” pre­via­men­te entre­ga­do al crea­ti­vo.

Nada es más frus­tran­te para un crea­ti­vo que su tra­ba­jo sea echa­do por tie­rra por cul­pa de una tri­vial con­ver­sa­ción sur­gi­da al calor de la almoha­da.

Si, de todas for­mas, la idea de la espo­sa aca­ba­rá impo­nién­do­se, sería de agra­de­cer que la auto­ra par­ti­ci­pa­ra en futu­ras reunio­nes y estu­vie­ra direc­ta­men­te invo­lu­cra­da en la toma de deci­sio­nes.